Historias de amor, historias de vida
Resulta increíble como después de un largo camino, de una larga búsqueda tratando de encontrarse a sí mismos, de resistir en contra de la adversidad y los prejuicios, dos corazones, dos historias de vida terminan coincidiendo.
La historia de Sebastián tiene un punto de inflexión y es que nos relata que cuando tenía 10 años, más o menos, comenzó a sentir atracción por otros hombres, hecho que lo dejó lleno de preguntas y con ansias de comprender qué le sucedía. Por fortuna, al confesar todo esto a su padre, el resultado fue un momento de conexión y amor, siendo la primera persona a la que le confesó sus pensamientos y emociones.
‘’Él me abrazó me dijo que lo veía venir y fue super comprensivo, fue súper tierno’’, menciona Sebastián, en un momento que, sin lugar a dudas, cambiaría su vida, y lo impulsaría a seguir en la búsqueda de sí mismo, de su plenitud. Pero no sólo hubo cambios dentro de su familia, sino que también vivía momentos de tristeza y dolor ocasionadas por sus compañeros, los cuales se burlaban y maltrataban. Estas desagradables experiencias lo llevaron a levantarse en un momento frente a todo el curso y decir con gran valentía, “No me gusta jugar con carros, ni me gustan las barbies, no me gusta vestirme como mujer, a mí me gustan los hombres y eso no me hace diferente’’ y todos aplaudieron.
Su vida hasta hoy, se ha sostenido sobre esos hermosos valores que han hecho que no se detenga en su búsqueda de sí mismo, y es que, según él, son las luchas internas y externas, la búsqueda por sus libertades y derechos, realizadas con valentía y perseverancia, las que le dan significado al mes del orgullo.
Por otro lado, Andrés, viniendo de una familia tradicional Antioqueña, veía de manera anormal tener una orientación diferente a la inculcada en su casa, sin embargo, sus dudas frente a su sexualidad e identidad, se harían cada vez más continuas, sobre todo cuando ingresó a la universidad.
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Sus cuestionamientos lo llevarían a acercarse a un compañero de su antiguo colegio, el cuál para esos tiempos tenía actitudes abiertamente femeninas, según el lo relata, y cuyo acercamiento terminó por convertirse en su primer beso y la persona que aclaró esas dudas que rondaban su mente y corazón.
Como era de esperarse, su familia y amigos se enteraron, algunos alejándose por completo de él y rechazando su identidad, mientras por otro lado, su mamá, con un gran abrazo, como el que solo una madre podría brindar le dijo “eso no importa, no vamos a cambiar el trato y el amor que tenemos contigo, es finalmente tu vida privada y respetamos eso’’.
Quien pensaría que estos dos caminos, cuyas historias de vida estaban marcadas por la valentía y perseverancia, terminarían cruzándose de maneras tan curiosas, siendo los escritos y pensamientos de Sebastián, plasmados en una red social, lo que terminaría cautivando a Andrés, quien quedó atrapado por sus ideas, y terminó reafirmando esas emociones cuando lo vió por primera vez.
Un amor que se gestó con unos cuantos escritos, pero que se alimentaba de cada una de las conversaciones que ambos tenían, sin imaginar que la vida les deparaba más que unas cuantas líneas de texto compartidas en la distancia. Sebastián, quién residía en Bogotá en ese momento, no esperaría que Andrés sin pensarlo dos veces, viajaría desde Medellín tan sólo a conocerlo, y que este sería el inicio de una aventura que transformaría sus vidas, y terminaría por volver sus caminos en uno solo.
Ambos viven juntos, y sus acciones son el reflejo de sus pensamientos, pues para ellos, el amor es una construcción constante, es encontrarse con esa persona con la que puedes realmente estar en plenitud, y es que, como ellos nos lo demuestran, el amor es una fuerza imparable que se gesta en la cercanía, pero también en la distancia, rompiendo todas las barreras y estigmas y acercándonos a nosotros mismos, hasta hacernos sentir plenos.
No existe una magia más pura que el amor, ni misterio más hermoso que poder coincidir, aún cuando la distancia se viste como un obstáculo en el camino, son los sentimientos más sinceros y humildes del corazón, capaces de transformar dos historias de vida, en un solo destino.